Quería contar la historia de mi gato

A finales de Junio del año pasado la gata de mi novio tuvo tres preciosos gatitos, la acompañamos durante el parto pero no era el primero así que no nos preocupamos mucho, más bien nos estábamos preocupando de a quién le íbamos a entregar esos gatitos cuando destetaran, pero uno de ellos jamás encontraría familia... Al día siguiente al levantarnos, descubrimos que un chiquitín había muerto, al parecer su madre lo había repudiado al no poder mamar. Cual fue mi sorpresa cuando vi que el único que estaba mamando era otro negrito parecido a su madre, mientras que el anaranjado (mi gatito), estaba repudiado también bajo la mantita. Lo cogí, temiéndome lo peor, su cabecita cayó inerte hacia atrás y a mi se me saltaban las lágrimas hasta que de repente maulló, un maullido apenas audible. Inmediatamente empecé a darle calor, no podía dejar que muriera así, al menos ese día no. Pero no sabía que hacer, en un pequeño vasito eché un poquito de leche pero no bebía. Continué dándole calor y esa tarde lo llevamos a una tienda de animales, el encargado nos dijo que posiblemente había pasado mucho frío que le diéramos leche y gofio, lo pusieramos sobre una manta eléctrica y bajo un foco de luz junto a su madre.
Eso hice, aún así no comía demasiado, esa noche me fuí a la cama bastante preocupada mi novio me dijo que estuviera preparada para el día siguiente, al levantarme al día siguiente a mirar, el chiquitín trataba de mamar pero no podía, seguía muy débil, no podía seguir viéndolo así, de modo que fuí al veterinario y le pregunté que podía hacer, me dijo que intentara darle leche especializada con biberón o bien que si seguía así que lo intubaríamos aunque eso podría ser peligroso.
Así compré la leche y recé para que bebiera del biberón, nada más acercarle el biberón empezó a deborarlo literalmente y yo nuevamente lloré de puro alivio. El veterinario me advirtió que habría que estar cada dos horas dándole el biberón, no me importaba. Puse el despertador para esa noche despertarme cada dos horas, no hizo falta, el gatito me despertaba con sus maullidos. Así seguí dándole el biberón hasta que tuvo unos tres meses, aquí comenzó otra odisea, no quería comer pienso, solo leche ahí tuve que ponerme firme pero finalmente empezó a comer pienso de día y leche por la noche.
Ahora es un gatito sano, de unos 8 meses, recién esterilizado (ya que vive con su hermana) y que no para quieto ni un segundo.

Lo llamamos Kiseki que significa milagro en japonés (^_^)

https://2img.net/r/ihimizer/i/kiseki.jpg/

Una historia muy emotiva, que suerte tuvo el gatito, por cierto tiene un nombre precioso nada mas leerlo sabia su significado por a mi novio y a mi nos encanta japon. Un saludito.