PAUTAS DE PRESENTACIÓN Gatos

- Cuando llegues a casa con el nuevo inquilino no los presentes de golpe NUNCA, ya que esto será por lo general el principio de una mala relación o de una relación que tardará mucho más en consolidarse como buena, además de llevarse los dos unos cuantos arañazos, o cuando menos, bufidos y disgustos.
Deja al gato nuevo en el trasportín y que el “dueño de la casa” se acerque a olerlo durante unos minutos.

- Después de esta “presentación preliminar” déjalos en partes separadas de la casa de modo que puedan olerse por debajo de la puerta, pero sin poder verse ni atacarse. Al principio su primer gato bufará y rugirá al nuevo desde el otro lado de la puerta. Ignórelo y aléjese. Nunca lo castigue por proferir sonidos agresivos. Esto sólo servirá para crear tensión entre los dos gatos. Asegúrese de elogiar y mimar a su primer gato cuando éste se muestre calmado en la proximidad del cuarto del nuevo animal.

- Mientras cada gato esté en esta fase de “confinamiento separado”, coja un paño y frótelo por el cuerpo de su nuevo gato mientras juega con él y haga lo mismo con otro paño con su primer gato. Ponga el paño con el olor de un gato bajo el cuenco de comida de otro gato. Esto ayudará a que cada gato asocie el olor del otro gato con algo positivo como la comida. Otra cosa útil para que se acostumbren al olor del otro gato es cambiarles la arena; pon la de uno (con caquitas y todo) en el sitio del otro y viceversa.
Después de esto ya podrá alimentarlos cerca, cada uno a un lado de la puerta cerrada. Cuando ambos coman sin bufar ni gruñir podrá pasar a la siguiente fase de la presentación.

- Antes de permitir que ambos gatos entren en contacto permítales que se miren cara a cara en una situación segura. Ponga dos tacos de plástico para entreabrir la puerta de 5 a 6 cm, verifique que ninguno de los dos gatos pueda pasar la cabeza a través de la apertura. El objetivo es darles la oportunidad de golpearse las patas mutuamente y quizá frotarse los hocicos sin permitir un contacto físico mayor. Cuando vea que ya no se bufan ni gruñen habitualmente puede pasar a la siguiente fase.

- Llegó el día de presentarles con “puertas abiertas”. No hagas movimientos bruscos y esté atento a cualquier amago de ataque, en cuyo caso hará falta que te impongas con un fuerte NO dirigido al gato atacante (NUNCA le pegues, los gatos no entienden el castigo y no conseguirás nada), seguido de su vuelta al “confinamiento” (del atacante) durante un rato (más o menos una hora), tras lo que se vuelve a repetir la presentación. Esto se repite las veces que haga falta.

- Tenlos sólo juntos cuando alguien esté presente y les pueda vigilar. Cuando no estés en casa tenlos en cuartos separados hasta que su aceptación el uno por el otro sea total y absoluta.

- Los animales esterilizados son menos territoriales; esterilízalos y evitarás futuras peleas.

- Dales premios cuando se porten bien el uno con el otro. En especial al gato que ya tenías, para que no se sienta desplazado por el nuevo, y mímales mucho más de lo habitual.

- Incítales a jugar juntos participando tú al principio con una cuerda o similar. Dales de comer también a una distancia pequeña. Mientras están separados un buen juego es introducir una cuerda por debajo de la puerta, anudada en cada extremo, y que cada uno por su lado tire de ella, así aprenden a jugar juntos.

- Si les gusta la malta o el paté, úntales un poco la boquita o alguna patita con ello para que el otro le lave y creen vínculos. Esto sólo en caso de que ya medio se acepten, claro, porque de lo contrario puedes empezar una pelea.

Estas pautas suelen durar un mínimo de dos semanas.

¡Con un poco de paciencia y unas buenas pautas de presentación
serán los mejores amigos!